Hay dulces que, por mucho tiempo que pase, no pierden su sitio. Y la palmera de hojaldre es uno de ellos. Da igual la edad que tengas o lo que te guste el dulce: seguro que, en algún momento, has caído rendido ante su forma tan característica y ese brillo que ya anticipa lo que viene. Un clásico de toda la vida que, aunque muchos no lo sepan, tiene su historia.
Historia de las palmeras de hojaldre
Aunque la sentimos muy nuestra, la palmera nació en Francia hace más de un siglo. Por aquel entonces, los pasteleros empezaban a experimentar con el hojaldre, doblando la masa, espolvoreándola con azúcar… y de ahí salió esta pieza tan reconocible, con forma de corazón o de mariposa.
A España llegó poco después y aquí, como siempre, le dimos nuestro propio carácter. Más grandes, más crujientes, con ese punto de caramelo por fuera que tanto nos gusta. Desde entonces, forma parte de nuestras vitrinas y de nuestros recuerdos. Y no, no ha pasado de moda. Al contrario: ha sabido adaptarse a los gustos de cada época.
Qué tipos de palmeras de hojaldre hay hoy en día
Aunque la receta tradicional sigue funcionando igual de bien, hoy en día hay para todos los gustos. La palmera clásica de hojaldre, por ejemplo, sigue siendo una apuesta segura: hojaldre dorado, un toque de azúcar y mucho oficio detrás. Pero no es la única.
Están las de chocolate, que se han convertido en imprescindibles. Ese contraste entre el crujiente de la base y la capa de chocolate por encima es difícil de superar.
Mini palmeritas pequeñas, pero con todo el sabor
Ahora bien, si hay algo que ha ganado terreno últimamente son las mini palmeritas de hojaldre. Porque no siempre apetece una pieza grande, y a veces lo que buscas es picar algo dulce sin complicarte. En La Mallorquina lo tenemos claro, y por eso hemos creado una colección que mantiene lo mejor de siempre, pero en formato mini.
Tenemos la clásica de hojaldre, que nunca falla, perfecta para quienes disfrutan de lo auténtico. La de chocolate negro, intensa y equilibrada, es ese bocado que siempre apetece. Luego está la de frambuesa, con un toque afrutado, vibrante y un puntito ácido que sorprende. Y por último, la de pistacho, pensada para quienes buscan algo distinto: elegante, suave y con un sabor que marca la diferencia.
Todas ellas están hechas de manera artesanal, más crujientes aún, pero sin renunciar a la receta de siempre, la de toda la vida. Son ideales para compartir, para tener un detalle o simplemente para acompañar un buen café.
¿Son caseras las palmeras de hojaldre? ¡Claro que sí!
Hay quien se anima a hacer palmeras de hojaldre caseras en casa, y no vamos a decir que no sea posible. Pero conseguir el punto justo de cocción, ese equilibrio entre capas y el toque final de azúcar caramelizado, no es tan fácil como parece. En nuestro obrador llevamos muchos años afinando la técnica, respetando los tiempos y cuidando cada detalle para que salgan como deben.
Porque una buena palmera, ya sea grande o mini, necesita algo más que ingredientes: necesita experiencia, paciencia y saber hacer.En La Mallorquina llevamos generaciones dándole forma al hojaldre. Sabemos que detrás de una palmera bien hecha hay más de lo que se ve. Por eso seguimos trabajando como siempre, con mimo, con respeto a la tradición y con ese toque que solo se consigue cuando se hace con pasión. Si aún no has probado nuestras mini palmeritas, te esperamos.